
Ella creyó quedarse dormida, muerta de cansancio. Descansaba en los brazos de Morfeo. Esa mujer creía soñar y se sentía nostálgica.
En la profundidad de su sueño eterno, ella se sentía viva estando muerta, lo cual ignoraba. Así que caminó... La mujer tomó un pedazo de nube y con un rayo de sol escribió:
"Necesito tenerte conmigo; comienzo a odiar el hecho de dormir sola. Para mí, esto es como el día completo. La mañana es cuando estás conmigo (si se puede decir que lo estás), es brillante, tibia, deliciosa, me anima, y el cielo, mi cielo es azul, tan azul como tus ojos. La noche se traduce en tu ausencia, es oscura, fría, gris con reflejos violáceos, me hace sentir pequeña y sola... Provoca que me encoja, y me hago aún más pequeña en la inmensidad de éste lugar, que es mi cama. Mi corazón, que arde en deseos de estar junto al tuyo trata de luchar contra el frío, mientras mi cuerpo se entume."
En medio de su ilusión, ella abrió los ojos, se incorporó y vió que era de noche. Sintió frío. Fue entonces cuando ella recordó lo que él le había dicho: "lo que será, será". Los ojos de ella se inundaron de lágrimas, volvió a recostarse, sonrió y decidió seguir soñando sin que nadie le recordara que había muerto hace unos días.
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