DE IATROGENIAS Y ASUNTOS VARIOS

Por la necesidad de plasmar fluctuaciones mentales y emocionales...

lunes, 26 de octubre de 2009

¿Qué se hace?

Dos personas (generalmente del sexo opuesto) se encuentran, se atraen, se gustan y se enamoran.

Entonces deciden emprender un camino para compartir sus vidas (independientemente de lo que dure).


Aprovechan el andar juntos ese bendito camino sentimental para hablar, mirarse a los ojos, tomarse de la mano y conocerse mutuamente.

Puta madre... conocerse. Conocer a tu pareja es abrir una cajita sorpresa. ¡Encuentras de todo, caray! Cosas bellísimas, pensamientos ocultos, miradas furtivas, te das cuenta de cómo duerme, la ropa interior que usa (o si no la usa), la comida que le gusta y la que no, sus pasatiempos, te habla de sus amigos, de su familia...

Pero como todos sabemos, en este pinche mundo de porquería, no todo es miel sobre hojuelas. Mientras la feliz pareja recorre la senda del amor, se encuentran con baches, topes, piedras, palos (y se echan sus palitos también...) y demás cosas.

Sin embargo, también llegamos a conocer ese lado oscuro de aquella personita especial. Al principio son nimiedades, detallitos; pero aún así, te encanta, y pasas por alto todo eso.

Luego... Te das cuenta de que tu amorcito ronca como trimotor descompuesto, que tiene sus manías, sus vicios (si fuma, si se droga, si es alcohólico), si es pirómano, ninfómano, sus temores, que si deja la pasta de dientes abierta, la tapa del retrete arriba, los malos olores, deja la ropa sucia echa bola en la cama, te das cuenta de su desorden, todo...

Y de repente ¡bolas! Empiezan las pequeñas diferencias. "Amor, no hagas tal o cual cosa porque no me gusta". Cierta autora, dirigiéndose a los hombres, mencionaba: "lo que antes te parecía inocencia e ingenuidad en ella, se convierte en algo que ahora llamas estupidez y torpeza".

Es más que obvio que nadie es perfecto. Todos tenemos ciertas características en nuestra forma de ser, o bien, tenemos costumbres que pueden desagradar a la persona que hemos elegido como compañero de vida.

Hay 3 palabras clave que hacen que me detenga a pensar: la primera es "tolerancia", la segunda "respeto" y la tercera es "cambio".

Si la pareja se descuida, si no hay tolerancia, y si no saben manejar ese tipo de situaciones, esos detallitos pueden crear una bomba de tiempo. Y todo el hermoso recorrido por la vereda del amor puede irse al carajo.



Entonces, si tienes cierta característica que resulta desagradable para tu compañero. ¿Qué se hace?

He hablado con mucha gente, y en conclusión me encuentro con que hay dos vertientes y una condicion adicional. (Favor de leer el punto 1 y el punto 2 y al final el señalado con un asterisco).

1. Hay gente que dice que "si en verdad amas a alguien, debes cambiar por esa persona". Esto nos habla de hacer el esfuerzo para "mejorar". No obstante, ¿qué hay de tu identidad? ¿Es válido hacer ese cambio para agradar a la otra persona?

* El hecho de que nuestro compañero quiera que nosotros cambiemos "por nuestro propio bien" se sitúa justo en medio de los dos puntos.

2. Otros opinan que "Si esa persona te ama, él (o ella) tiene que aceptarte tal cual eres". Y esto suena a resignación. Todos conocemos la trillada frase que reza: "Pero mi amor, así soy yo. Así me conociste. Y no voy a cambiar...".


Si alguien sabe cuál de las opciones es la correcta a seguir, por favor, háganmelo saber. Y a los reservados, dejo esto a su criterio...

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